A continuación, un editorial que refleja la postura del Gobierno de los Estados Unidos:
Estados Unidos reafirmó su compromiso de poner fin al atroz y devastador delito de la trata de personas en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre la “Evaluación del Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas para Combatir la Trata de Personas”.
En sus comentarios, Michael Heath, Asesor Principal de Estados Unidos para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico de la ONU, afirmó: “Estados Unidos espera que estos foros multilaterales produzcan resultados, no retórica”. Estados Unidos no firmó la declaración política asociada a este evento, ya que incluía temas no relacionados con la lucha contra la trata de personas.
Si bien Estados Unidos permitió que esta declaración se adoptara por consenso, se desvinculó de ciertas secciones. De hecho, “Estados Unidos ha dejado claro que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible afectan la soberanía estatal como una forma blanda de gobernanza global, y ya no los reafirmaremos como algo normal”, declaró el Sr. Heath.
“El Pacto para el Futuro, el Pacto Mundial sobre Migración y el Pacto Mundial sobre Refugiados representan el enfoque globalista de gobernanza de un solo mundo, incluida la gestión supranacional de la política fronteriza estadounidense, que la Administración Trump ha dejado claro que Estados Unidos no puede apoyar”, añadió.
Estados Unidos también rechaza la terminología en torno a la “atención médica sexual y reproductiva”.
“Este lenguaje… conlleva un significado muy controvertido, ya que a menudo confunde estos términos con nociones de aborto, derechos LGBTQ u otros derechos sexuales de los niños”, afirmó el Sr. Heath.
Esta Declaración no es el foro adecuado para plantearlos.
Por último, Estados Unidos no ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, lo cual socava el núcleo familiar, debilita la importancia de las comunidades religiosas y socava los derechos naturales y el papel de los padres.
La administración del presidente Donald Trump está tomando medidas decisivas para desmantelar las redes de trata que amenazan las fronteras y las comunidades estadounidenses.
"Estamos atacando a las organizaciones criminales y terroristas con herramientas y autoridades mejoradas para combatir la trata de personas. Estamos asegurando vigorosamente nuestras fronteras, reforzando la aplicación de nuestras leyes y desmantelando las redes que explotan a personas vulnerables", declaró el Sr. Heath.
Para abordar el fuerte crecimiento de las operaciones de estafa en línea, muchas de las cuales utilizan trabajo forzoso para obtener ganancias y defraudar a los estadounidenses por miles de millones de dólares cada año, la administración Trump ha exigido responsabilidades a los líderes de estas redes de extorsión. Solo en los últimos tres meses, Estados Unidos ha puesto en la mira múltiples operaciones en el Sudeste Asiático y China, sancionando a más de 100 personas y confiscando miles de millones de dólares en bitcoins a estadounidenses y otras personas defraudadas en todo el mundo.
Reconociendo las necesidades de las víctimas, Estados Unidos también es líder mundial en la implementación de leyes de anulación, que permiten a los sobrevivientes anular ciertas condenas por delitos cometidos como resultado de su victimización.
"Se puede hacer más para proteger a las víctimas de castigos inapropiados", enfatizó el Sr. Heath. "Es hora de que las Naciones Unidas retomen su misión principal: tomar medidas decisivas para combatir este delito, no redactar declaraciones excesivamente generales. Seguiremos trabajando con socios afines y con la ONU para obtener resultados concretos".